En la imagen identificamos tres variantes que representan los tipos de empresa que existen hoy en día.
Búnker.
La primera la denominamos búnker, una gran infraestructura subterránea, inamovible y profundamente arraigada al suelo donde le tocó estar.
Tiene raíces fuertes y profundas, es la típica empresa industrial robusta y con grandes capacidades de producción. Su fortaleza y competitividad están basadas en su habilidad para solucionar necesidades materiales concretas desde el punto de vista productivo. Se concentran en bienes intermedios, materia prima o maquila de producción o algún proceso de la misma para otras empresas. Son sumamente sólidas hacia adentro aunque en algunos casos con un elevado riesgo de negocio por la dependencia de pocos clientes que pueden exigir una respuesta más allá de lo aceptable. Difícilmente innovan más allá de los requerimientos de sus clientes porque no tienen contacto directo con los mercados, lo que limita su horizonte de crecimiento.
Crear nuevas marcas y mantener un programa permanente de optimización de las mismas será determinante para su crecimiento.
Cabaña.
La segunda es la que se construye rápidamente pero que un viento fuerte o un fenómeno inesperado puede acabarla.
Crece como la espuma generando visibilidad y conocimiento de sus productos y marcas con inversiones publicitarias y promocionales que les permiten lograr una gran visibilidad muy rápidamente. Son relativamente fáciles de identificar porque crecen rápidamente y mueren casi a la misma velocidad porque no tienen raíces fuertes, lo que limita mucho su capacidad de reacción ante nuevos retos de los mercados. Al contrario de las primeras, dependen de quienes tienen la capacidad de innovar y producir al ritmo que los mercados evolucionan. Difícilmente resisten los embates de competidores mejor preparados y con cimientos más sólidos.
Alinear a todos los colaboradores y detonar su nivel de accountability puede ser la clave para empezar a crear y fortalecer cimientos que sustenten su crecimiento a largo plazo.
Castillo.
Denominamos castillo al tercer tipo porque tienen la misma solidez en sus cimientos que en sus torres, lo que logra crecimiento constante muy bien soportado.
Representa a las empresas que logran una gran solidez a partir de crecer con equilibrio entre el fortalecimiento de sus raíces y el florecimiento de sus productos y marcas. Son empresas generalmente regidas por un propósito poderoso que les permite balancear la participación de todos sus stakeholders, desde sus directivos y colaboradores, hasta sus proveedores, distribuidores y clientes. Incorporan a todos ellos para aumentar su fortaleza y difícilmente tienen un revés importante de algunos de estos stakeholders, ya que todos van creciendo y obteniendo beneficios simultáneamente con el desarrollo de la compañía.
Mantener el rumbo claro y fortalecer la inspiración que genera el propósito es fundamental para mantener el rumbo.
Cada día hay más empresas que basan su crecimiento en una ecuación equilibrada entre todos sus stakeholders. Han llegado a la conclusión de que las empresas que nacen con un propósito superior al de solamente hacer utilidades, generalmente tienen más éxito que el resto.
¿Cuál es la tuya?
Si has llegado al momento de transformar a tu empresa en un castillo para acelerar el crecimiento sólido y equilibrado, podemos ayudarte desde la definición de tu propósito, hasta la planeación estratégica inclusiva para detonar el nivel de accountability de tu gente.
Llámanos al +52 55 7698 0292, escríbenos a queremos@complices.mx o visítanos en www.complices.mx
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