La distancia entre el costo de producción y el precio de venta define el valor de tu marca.
Hemos repetido esta expresión muchas veces basados en la teoría de que hoy en día el precio debe ser determinado por lo que tu consumidor está dispuesto a pagar para satisfacer una necesidad o un deseo y no por el costo de producción o un múltiplo del mismo.
Por ejemplo, en la industria del cine en los Estados Unidos, las personas pueden pagar hasta un precio que representa un 788% de utilidad bruta sobre el costo de producción de las palomitas de maíz... ¡Increíble!
Si tienes alguna duda, a continuación te compartimos el análisis realizado por The Hustle acerca de los precios de algunas golosinas que venden en los cines en los Estados Unidos, donde puedes ver los precios de diversos productos como las palomitas de maíz en un comparativo entre la calle y la dulcería del cine.
No, no, no es una estupidez. Es lo que quienes entramos a una sala de cine estamos dispuestos a pagar para satisfacer un deseo. Sin embargo cuando queremos satisfacer sólo una necesidad los parámetros cambian radicalmente y sólo estamos dispuestos a pagar un precio alto si se trata de una marca deseada o si el producto o servicio es realmente superior a lo que existe en el mercado. Cuando los productos o servicios son técnicamente iguales indudablemente escogeremos el precio más atractivo siempre que sea creíble.
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