Durante años he escuchado comentarios de publicistas sobre el triste derrotero que ha tomado el CONAR porque se convirtió en un consejo de abogados. Lamento informarles a mis queridos colegas que fuimos nosotros los que lo convertimos en eso que tanto nos incomoda. No fueron los abogados que se adueñaron del CONAR, fuimos los publicistas los que lo abandonamos.
En mi primera sesión como consejero me impactó la poca diversidad de especies que encontré en esa sala de consejo. Donde debería haber debate, había acuerdos. Donde debería hablarse de cómo hacer mejor publicidad, se hablaba de cómo cumplir códigos. Donde debería haber toda una ópera de opiniones para enriquecer la autorregulación encontré un coro armonioso. Y donde esperaba encontrar combatividad, posturas propositivas, iniciativa y posturas retadoras, desafiantes y capaces de cimbrarlo todo, sólo encontré silencio. El mismo silencio que hace tiempo describí como el que está matando a nuestra industria. En mi vida profesional he conocido a unos cuantos abogados y a muchísimos publicistas. He aprendido a respetar la postura de los primeros aunque casi nunca concuerdo con sus puntos de vista porque me parece que siempre recorren el mismo camino que garantiza el resultado seguro sin o casi sin correr riesgos. En cambio he admirado y también odiado a los publicistas, a los que se atreven, a los que rompen paradigmas, a los que reinventan la realidad y que son capaces de mover mentes, corazones y montañas. Esos publicistas que están en mi memoria, en mi admiración, en mi inspiración… pero que no encuentro en el CONAR. ¿Será que se olvidaron que fue la AMAP la que creó y condujo la iniciativa para formar el CONAR? ¿Será que los publicistas claudicaron en vez de delegar? ¿Será que como el hijo no se comportaba exactamente como esperaban dejaron de luchar? Sea lo que sea es triste e indignante. El Consejo de Autorregulación y Ética Publicitaria cuya promesa es que la publicidad responsable es mejor publicidad no debería navegar por el mundo con una tripulación carente de publicistas.
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