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La profunda insatisfacción cuando los resultados no llegan
Para ti, para mí o para cualquier empresario que está dedicado en cuerpo, mente y alma al crecimiento de su negocio, no es novedad la enorme frustración que sentimos cuando los resultados no llegan. Las preguntas sin respuesta se desbordan y algunas veces nos avasallan. ¿Por qué no logramos los resultados? ¿Qué tengo que hacer para que las cosas mejoren? ¿Cuál es el camino? ¿Cómo puedo lograr el crecimiento que espero? ¿Qué más…?
Seguramente ya has probado muchas cosas pero quizá han sido más coyunturales que estratégicas. Probablemente ya hiciste publicidad y no te funcionó. Seguramente ya presionaste a ventas y el número no llega. ¿Cuál es el problema entonces?
Muy probablemente es que no estás utilizando la promesa correcta para tus consumidores. Quizá desde tu punto de vista tienes todo para que te prefieran sobre la competencia, pero no estás traduciéndolo a un beneficio concreto y superior para las personas que esperas que te compren… y esto es lo único importante cuando tomamos decisiones de compra.
¿Cuántas veces eliges una camisa por el tipo de algodón y cuántas porque te gusta? ¿Escoges fragancias por sus ingredientes o por su aroma? ¿Compras teléfonos celulares por sus características o por cómo te hacen sentir? ¿Tomas café en Starbucks porque tiene cualidades específicas o porque es un lugar en el que te gusta estar?
Este proceso puede ser más certero acompañándote de CÓMplices que recorran el camino contigo, aportando experiencia en diversos mercados y objetividad que tú puedes tener comprometida, y utilizando una metodología que ha permitido a otros empresarios generar mejores resultados para su negocio. Seguramente será un recorrido más ordenado, mejor dirigido y con mayor claridad, pero no será más sencillo. Aunque sin lugar a dudas será infinitamente más satisfactorio cuando veas la luz al final del túnel y empieces a escuchar cómo suena la caja registradora más fuerte, más frecuente y más abundantemente.