A lo largo de las últimas décadas nos hemos ido acostumbrando a que todo suceda de forma cada vez más rápida; desde la comunicación hasta la comida, deseamos que tan pronto tenemos una necesidad obtengamos respuesta que nos satisfaga y nos regrese a un estado de calma y tranquilidad.
En este sentido, lo mismo sucede con las ocasiones en que algo sale del bienestar, tiene un fallo o requiere algún tipo de mejora con las marcas. Es aquí donde aparece una estrategia de construcción de marca que es una forma ágil, accesible en términos económicos, y temporal de mejorar una situación dada con alguna marca. Normalmente es parte de una solución y tiene la función de mejorar el estado presente sin afectar otros procesos aunque sí busca impactar positivamente a la marca.
En ocasiones una estrategia de construcción de marca significa quitar del camino fallos de optimización, eliminar actividades que no generan valor agregado, cambiar alguna forma de comunicar algo, cambiar de color un elemento funcional, o modificar una palabra para expresar el posicionamiento de una marca. Es decir, que se trata de acciones puntuales que generan beneficios que luego serán parte del ecosistema de la solución global de una marca.
Por su parte, una estrategia de construcción de marca siempre está dirigida en función de un objetivo bien definido, donde el análisis de la brecha entre el estado inicial y el estado deseado es fundamental para saber qué recursos existen, cuáles son las limitaciones tangibles, qué potenciales requieren desarrollo, y qué competencias deben generarse o desarrollarse para conseguirlo.
Si bien el desarrollo de una estrategia es la médula de la misma, su construcción, aplicación y sostenimiento son los factores que determinan que se haya llegado al objetivo y no solo se haya generado una buena idea que resulte inoperante.
Para librar posibles sorpresas durante la implementación de la estrategia, nuevamente salta a la vista la importancia de la fase de análisis donde se hayan localizado posibles amenazas, necesidades previas a implementar, competencias a desarrollar en personas y equipos para hacer posible el correcto funcionamiento de procesos, y por supuesto, históricos de evolución o datos sobre limitaciones.
Como CÓMplices, creemos que tanto las marcas como las estrategias tienen su propia funcionalidad y razón de ser, sin embargo es importante considerar realmente qué es lo que se requiere para el objetivo en cuestión y así poder elegir correctamente la vía de trabajo. Así que la construcción de marca no es solo una estrategia creativa y por tanto no necesariamente genera un resultado rápido, sino más bien profundo que toma tiempo pero los resultados son a mayor escala.
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