Cuando hablamos de Publicidad, la creatividad lo es todo. Desde tener la capacidad de identificar los valores que pueden hacer atrayente a un producto, pasando por una correcta elección de medios, hasta la realización del concepto y arte creativo.
Al vender una campaña a una marca, todo se resume en la propuesta creativa. Enamorar al cliente con estas ideas, es el pan de cada día. Pero existen ciertos impedimentos, que nos pueden distraer la capacidad de explotar nuestros cerebros y virtudes al máximo, para crear ideas realmente exitosas.
El Multitasking: Con todos los estímulos y distractores de la actualidad, como sociedad hemos perdido la capacidad de concentrarnos y profundizar en prácticamente cualquier tema. Estamos acostumbrados a hacer muchas cosas al mismo tiempo, pero ninguna de forma plena. Esta situación puede afectar al publicista que no se aísla para pensar, que está más preocupado por una notificación que realmente en explorar y conocer un producto, una marca y sus usuarios. Encontrar el concepto creativo adecuado, es una tarea que lleva tiempo y un involucramiento mental con la marca bastante profundo.
Creer que ya está hecho todo, conformismo: Existen muchas campañas, diariamente se crean más y más. Para un cerebro indispuesto, esta situación puede llegar a ser un problema, debido a que se le puede ocurrir y ocurrir ideas y no faltará la voz que diga “eso ya se hizo”. Cuando escuchas eso una o dos veces, no pasa nada, pero a la décimo quinta… Éste tipo de situaciones con el tiempo se vuelven caóticas, hasta que se puede llegar a tomar una actitud de “sí está muy visto, pero le cambio poquito y queda”.
Falta de vivencias: Un libro, una serie, una película, una conversación de ajenos en el metro, cinco minutos platicando con la señora que vende garnachas, observar a la gente en el parque o tus vacaciones de semana santa. Pueden dar esa inspiración que se necesita para generar grandes ideas. Un cerebro que no sale a la calle y no conoce el mundo, se va a ir limitando poco a poco. Mientras mayor cantidad de referencias se tengan, más posibilidades de encontrar esa idea que necesita una campaña.
Miedo: Quizás sea el mayor freno de todos y no solo para la creatividad. Cuando empiezan a volarse con ideas, pueden entrar temores, miedo a que critiquen el trabajo, el esfuerzo y la idea en sí. Esto no permite que nos atrevamos a pensar más allá.
Sobre análisis: No existe peor crítico que nosotros mismos. Muchas veces podemos llegar a ser tan severos que vamos modificando y modificando lo que hacemos o pensamos, al punto que jamás estamos satisfechos con el resultado. Tampoco se trata de hacer las cosas solo por hacerlas, simplemente no olvidemos que la publicidad es publicidad. No necesariamente lo que le gusta a cada quien, es lo que va a funcionar para la marca.
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