Mucho se dice sobre la característica de los hombres: infieles por naturaleza. Y qué hay de las mujeres, ¿cuáles son sus razones para ser infieles?
Yo soy experta en Construcción de marcas, no en relaciones de pareja, pero hay similitud en el comportamiento de una persona para serle infiel a una marca probando la competencia o ser infiel a su pareja.
Sea cual sea la razón de fondo para una infidelidad, podríamos concluir que una infidelidad se da porque la persona no tiene lo suficiente. Si la sensación de que algo no es suficiente, eso da paso a relaciones infieles.
Enfocándome al tema de marcas, pongamos que la relación oficial con una marca se da cuando esa marca nos da seguridad en lo que nos ofrece (pertenencia, calidad, precio, status) aunque eso no significa que esa relación sea con la marca ideal y ahí está el primer foco rojo.
Las personas tendemos a poner interés en lo que nos ofrece un bienestar o tranquilidad, pero ya que lo obtenemos ¡queremos más! algo de mejor calidad o la emoción de probar algo nuevo. La relación con una marca nos puede dar esa emoción al complementar su producto o servicio con otros que nos vayan haciendo sentir plenitud, satisfacción con un producto integral; otras marcas nos pueden dar esa emoción haciendo cambios al producto, haciendo mejoras, dando un plus. Y claro, hay marcas que optan por la COMplicidad con su consumidor escuchándolos cuando algo no les parece, conectando con algunos puntos que le interesan al consumidor y haciendo sentir que lo entienden como persona.
Sería justo decir que un consumidor requiere de cuidado, en toda la extensión de la palabra. Requiere de atención sobre las cosas que le interesan, sensibilidad para ser entendido, delicadeza cuando se necesita, y especialmente que su marca esté consciente de que es un ser sensible.
Las marcas que está demasiado ocupadas en disfrutar de sus 5 minutos de fama, muestran que su consumidor no es una de sus prioridades y terminan perdiendo la conexión con quien les da vida.
Por ello las marcas deben idealmente tener presente que estar en una relación con su consumidor significa dedicar tiempo, atención y entusiasmo para el beneficio y disfrute de ambas partes.
En cuestión de marcas, la infidelidad (aunque existen muchas opiniones) puede ser emocional, racional o ambas. Porque el consumidor empoderado, ya sea porque él mismo se empodere o porque la competencia lo empodere, ve sus opciones y los beneficios que le puede dar el probar un producto o servicio de otra marca y si resulta que la competencia le gustó, va a querer repetir el producto o servicio que ahora le parece mejor.
Y para este momento, probablemente el consumidor infiel ya ha generado algún vínculo emocional y encuentra en su nueva marca, a un CÓMplice a través de quien puede experimentar una relación en la que se siente mejor.
Cuando un consumidor está frente a un anaquel, las decisiones se toman en segundos y a veces el miedo al cambio es lo que detiene en realidad la infidelidad a la marca, pero eventualmente siempre se presenta de una u otra forma.
¿Y qué pasa con un consumidor inconforme? lo que sucede en este estadio en que todo está mal, el consumidor comienza a cuestionarse su relación con la marca de siempre, le empieza a ver defectos y empieza a voltear a ver a la competencia con gran interés.
Ya concluyendo, una experiencia de infidelidad a una marca es especialmente reveladora porque:
Obliga a la marca a voltear a analizar cosas que no conocía de su competencia
Es una oportunidad real de conocer sus límites como producto o servicio
Pone a la marca en contexto y en perspectiva sobre muchas de sus creencias sobre si misma, sobre la competencia y sobre el consumidor.
Así que como CÓMplice, Constructora de Marcas, los invito a analizar un poco su contexto competitivo y a voltear a ver a sus consumidores porque cada vez son más consumidores inconformes con sus relaciones, cada vez hay más competencia en el mercado y muchas marcas nacen y mueren desapercibidas… porque justamente no se fijaron lo que estaba aconteciendo.