Cuando nace una marca, siempre busca traer algo nuevo a la mesa, una oferta que atraiga al público, llame la atención y dispare la prueba de la marca y su posible adopción.
Si lo pusiéramos un ejemplo, esto lo vemos claramente con las redes sociales ya que todas buscan tener un grupo de seguidores y amigos pero la oferta cambia de una a otra. Es decir Instagram tiene una oferta de filtros que hacen fotos hermosas para cualquiera, Snapchat en cambio hace que sus fotos desaparezcan en segundos mientras que Pinterest tiene tableros de contenido propio o de terceros.
Entonces, entendemos que todas las plataformas se complementan e incluso se enriquecen al usarlas en conjunto, todos somos amigos de todos pero cada una de ellas se posiciona ante el público a través de su diferencial. Así es como funcionan todas las marcas; el inicio es poder mostrar un diferencial, pero una vez en el mercado, lo que buscan además es la recompra, mantener al usuario más tiempo con la marca y es ahí donde hay que dejar “lo tradicional” y empezar a innovar para generar un nuevo nivel de competencia.
En el caso de las redes sociales, ese nivel de competencia está en resolver la pregunta ¿Cómo mantener a los usuarios por más tiempo en la plataforma? y aquí empiezan a mejorar sus componentes, integrar mensajería privada, incursionar con bots o mensajería encriptada e incluso hasta modificando la funcionalidad y esencia de la plataforma.
Si bien hay que ser cuidadosos en como percibe esos cambios el usuario, el reto de todas las marcas es seguir creciendo pero manteniendo la esencia que atrajo a los usuarios en un inicio. CÓMplice Constructora de Marcas, siempre busco reflexionar en la “matriz de lo establecido” entre marca y usuario para poder innovar en esa relación sin perder la esencia que tenemos como marca, pero esa es otra historia.
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@JossEspinosa constructora de marcas 24×7 en @COMplicesCOM nativa digital con 10 años de experiencia en las áreas de editorial, relaciones públicas, social media y marketing.