Los empresarios parecen estar un poco cansados de escuchar hablar de construcción de marcas como si fuera algo que pudiera suceder de la noche a la mañana… y tienen razón. Sabemos que lo que quieren es vender más hoy.
En realidad no se trata de cosas diferentes. La construcción de una marca es el resultado de hacer bien las cosas consistentemente generando preferencia del consumidor que se refleje en ventas.
Vendiendo adecuadamente tus productos hoy, con el tiempo los transformamos en marcas poderosas. Después de todo, una empresa grande no predice sus ventas futuras, mientras que una marca poderosa sí puede hacerlo.
Por eso es que siempre que hablamos de realizar cualquier inversión en marketing, sugerimos lllevar a cabo los cuatro pasos para construir marca generando los recursos para hacerlo.
Primero, asegurar que venderemos más hoy.
Segundo, sentar las bases para facilitar las ventas de mañana.
Tercero, generar valor para la marca con cada peso invertido.
Y cuarto, traducirlo en valor financiero para el negocio mediante un crecimiento rentable y sostenido.
No es sencillo y nadie lo logra por arte de magia. Sin embargo una buena combinación de estrategia y creatividad en todas tus actividades de comunicación puede acelerar y consolidar el proceso haciendo más rentable cada peso que inviertes en ello.
Tampoco es recomendable tratar de lograrlo solo. Aunque sabemos que en muchas empresas han vendido muy bien históricamente sin tener que pensar en construir su marca o en hacer publicidad, es un hecho que dos cabezas piensan más que una.
Ya no estamos en la época de las ideas geniales, los gurúes y los aliados estratégicos. Hoy en día si lo que quieres es alguien que se muera en la raya contigo, en realidad lo que necesitas son cómplices que hagan suyas tus metas y acepten que el reparto se da después de generar los resultados trabajando con el mismo nivel de compromiso que tú.