Muchas veces se habla de manera ligera de marcas como Adidas, Nike, Coca Cola, Apple y otras grandes y muy queridas marcas como si hubieran empezado ayer o su éxito fuera el resultado del azar.
Sin embargo es indispensable entender que todas ellas tuvieron dos factores clave para su éxito: un visionario en su origen; y brillantes equipos de especialistas construyendo la marca en todas las facetas de su mezcla de mercadotecnia. No hay otro camino.
Lograr que un consumidor se convierte en fan de una marca representa todo un ritual de conquista y seducción: “Me gustas y quiero ser parte de tu vida”, “Cada día quiero conocerte más”, “Sé qué te gusta y cómo hacerte feliz”, “Siempre estoy contigo haciendo tu vida un poco mejor”.
Ninguna gran marca se ha construido siendo indiferente a las necesidades o estando lejos de los deseos de las personas que la compran. Las hay retadoras, provocativas, cómplices, divertidas, estimulantes, entre otras formas de relacionarse, pero todas tienen en común que superan nuestras expectativas y se conectan con nosotros de manera emocional al tocar las fibras más sensibles de nuestro corazón.
Por último, hay que tener siempre en mente que tres pasos fundamentales del ritual de conquista y seducción son:
a) Decir lo correcto.
b) Decirlo en la forma más atractiva.
c) Decirlo en el momento oportuno.