Todos en algún momento hemos escuchado frases como “A la mujer del César no le basta con ser honrada, tiene además que parecerlo”
Y es que la imagen de una persona es un concepto integral que forma parte de la identidad. Lo mismo pasa con la imagen de tu marca, el agregado que aporta detalles únicos que con el tiempo se convierten en su reputación, en su esencia.
Por ejemplo, cuando buscamos algo de comer, muchas veces tomamos la decisión por cómo luce la comida, aunque desconozcamos su sabor. Cuándo hablamos de una marca pasa lo mismo, olvídate de tener presencia en todos lados, se trata de un aspecto más específico, cómo te ves, cada detalle cuenta, recuerda que cada vez el público es más exigente y perceptivo; cada día los estándares de calidad incrementan y la imagen que dé tu marca es un valor importantísimo para el mercado.
Pero, ¿sabemos distinguir entre la Identidad de Marca y la Imagen de Marca? Te explicamos brevemente, la primera es el modo en que los consumidores te perciben actualmente, mientras que la segunda es la forma en que ellos te ven de primer impacto.
Recuerda que para construir la imagen de tu marca se requiere de diversos elementos que enlazados evitan la existencia de contradicciones y refuerzan la coherencia del mensaje, esta es una cualidad necesaria para convencer al grupo objetivo, tienes que mostrar superioridad para ser dignos de confianza.
“Se puede cambiar la fórmula de un producto, su color, su empaque, su precio, y posicionamiento. Pero no se puede cambiar su nombre sin comenzar de nuevo”. Anthony Weir.
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