De acuerdo al ranking del centro de competitividad mundial de la escuela de negocios suiza IMD, basado en el análisis de más de 340 criterios derivados de tres factores principales: desempeño económico, eficiencia gubernamental y empresarial e infraestructura; y de las respuestas a entrevistas de 5,400 ejecutivos de negocios que evaluaron la situación en sus propios países, nos pintan un panorama en el que México no sale nada bien librado.
Mientras que Hong Kong y Suiza desplazaron a Estados Unidos del primer lugar, los países iberoamericanos quedamos rezagados: España, en el puesto 34, fue el que mejor se ubicó. Luego aparecieron Chile (36), Portugal (39), México (45), Colombia (51), Perú (54), Argentina (55), Brasil (57) y Venezuela (61).
Hemos insistido en números anteriores en la importancia de la construcción de las marcas para ser más competitivos en los mercados en que cada quién participa. Sin embargo sabemos que del 75% de los dueños y directores de PyMEs que dicen estar listos para iniciar con la construcción de su marca, menos del 50% están haciendo algo concreto… y desafortunadamente todavía encontramos muchas empresas en las que el área de mercadotecnia está formada por una chica de excelente presencia que tiene la honrosa responsabilidad de hacer lonas, promocionales y presentarse en eventos a regalarlos. Muy lejos de lo que representa la construcción de una marca.
Ahora que ningún instrumento de inversión parece ser suficientemente seguro y rentable, te recomendamos apostar por tu propia marca. La inversión más rentable es la construcción de tu marca. Sólo a través de este modelo logras generar y depositar en tu marca valores que día con día hacen que sea más querida por sus consumidores, que decidan pagar un precio diferencial por tener algo que consideran que los satisface mejor que tus competidores y que les brinda una mayor satisfacción. Esta inversión te produce dividendos en cada venta, cada día y a lo largo de los años.
La inversión en la construcción de tu marca siempre será la más rentable y nunca es tarde para empezar a hacerlo. Es cierto que se requiere una visión clara, una estrategia sólida y una gran consistencia; y aunque requiere de inversión, esta puede ser dimensionada de manera gradual de acuerdo al crecimiento. Lo importante es ir en la dirección correcta desde el principio para que cada peso invertido genere el valor esperado para lograr un crecimiento rentable y sostenido.
Si quieres ser realmente competitivo, empieza por tu marca.