Cuando veo a algunos queridos amigos que les ha tocado recibir una empresa en marcha, iniciada por una generación anterior – entiéndase su padre – me pongo a pensar quién tiene una tarea más digna de orgullo, si quien fundó la empresa o quien la tendrá que transformar necesariamente. Después de muchos años e infinidad de diálogos, algunos entre tragos y otros al amparo de los proyectos del negocio, encuentro que los dos requieren de una visión clara y una voluntad a prueba de golpes y desengaños. Pero no es fácil desenredar una madeja que otro enredó y enredarla nuevamente de mejor manera. Si bien el fundador tuvo un sueño que le permitió mantener el esfuerzo y seguir adelante contra toda adversidad, regulación y competidores leales y desleales, el transformador no ha soñado menos y seguramente sí ha tenido más quebrantos ante el imperativo de hacerlo bien al modo del otro, pero con la voluntad de empezar a hacerlo mejor a su manera. Así estas nuevas generaciones se han encontrado con un contexto de competencia férrea que les ha cambiado las preguntas cuando creían haber aprendido todas las respuestas. Hoy están teniendo que reconstruir el avión mientras lo mantienen en vuelo. Decía mi abuelo que nadie hace experiencia en cabeza ajena y tenía razón. Cada día nos encontramos a más empresarios transformadores de segunda generación que reflexionan sobre la forma de hacer las cosas de la generación anterior y llegan a la conclusión de que una de las grandes diferencias hoy en día es el valor de las marcas para generar valor financiero perdurable a largo plazo. Algo que hace una generación era impensable y todo el capital, esfuerzo y atención se iba en producir y distribuir más cada vez. Estos empresarios transformadores cada día tienen más claro que, como dijo Phillip Kotler, “si no eres una marca, sólo serás una mercancía”. Sin embargo todavía muchos piensan que es demasiado caro construir una marca o es demasiado tarde en sus mercados porque ya lo empezaron a hacer otros hace 20 años.
Nunca es demasiado tarde y tampoco es demasiado caro si logras definir estrategias de generación de valor bien dirigidas a segmentos concretos de mercado para hacer que cada peso cuente en la rentabilidad de tu inversión. Si quieres encontrar el modelo para hacerlo con tu marca, danos una llamada. Cómo CÓMplices de muchos empresarios hemos construido marcas de todos los tamaños y con todos los presupuestos.
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